Desde Villa Insuperable hasta entrenar a miles de personas
Nací en Villa Insuperable, La Matanza, dentro de una familia humilde. Mi papá era matarife, trabajaba en el matadero, y mi mamá, ama de casa, siempre buscó darnos la mejor crianza a mí y a mis hermanos. Gracias al esfuerzo de ambos, nunca nos faltó lo necesario.
No crecí en la pobreza extrema, pero me gané lo mío. Estudié y trabajé de todo: mozo, repartidor, administrador y más, hasta encontrar mi verdadera vocación: el entrenamiento y la mejora personal.
Me recibí como Profesor Nacional de Educación Física, me especialicé en nutrición y planificación, y empecé a trabajar profesionalmente en Vélez, Megatlon, SportClub y entrenando personas en Uruguay y España.
Pero en 2019 llegó mi quiebre. Falleció mi padre, y con él, se fue una parte de mí. Caí en una etapa de vacío, de vicios, de noches sin sentido y desconexión total. Toqué fondo tras un brote emocional que terminó en un accidente grave.
Ese fue el punto de inflexión. No podía seguir así. Decidí reconstruirme. Dejé todo lo que me alejaba de mi propósito y me enfoqué 100% en lo que verdaderamente amo: ayudar a otros a transformar su vida, como yo transformé la mía.
Hoy entreno a miles de personas dentro y fuera del país. Y sigo con una sola misión: demostrar que no importa de dónde vengas, importa hacia dónde querés ir.
Si yo pude, vos también podés.
¿Listo para dar el primer paso?
Transformá tu cuerpo, tu mente y tus hábitos con un método probado.
Sumate hoy mismo y empezá tu cambio real.
Cuando arranqué con León, pesaba 98 kilos y me costaba hasta subir las escaleras. En 3 meses bajé 12 kilos, pero lo más importante no fue eso: empecé a confiar en mí. El método no es solo un plan de entrenamiento, es una mentalidad. Hoy entreno 5 veces por semana, como bien, y me siento una nueva versión de mí mismo. Gracias León por enseñarme que el cambio empieza adentro.
Probé mil rutinas antes y siempre abandonaba. Con el Método Alfa entendí que no es cuestión de motivación, sino de hábitos. León me acompañó desde el día uno, con seguimiento, mensajes y sobre todo, claridad. En 4 meses cambié mi cuerpo, mi energía y mis prioridades. Hoy me siento fuerte, segura y enfocada. Esto va más allá del físico, es un cambio de vida.
Tengo una empresa, tres hijos y mil excusas. Pero León me enseñó que no hay mejor inversión que en mí mismo. Empecé con el plan de entrenamiento y seguimiento 1 a 1, y hoy entrenar es parte de mi rutina diaria. Duermo mejor, pienso mejor, rindo más. Lo físico es solo el reflejo: bajé grasa, subí músculo y me recuperé del estrés crónico. Proyecto Alfa me devolvió el control.
